La mayoría de nosotros sabemos que el CO₂ -dióxido de carbono- es un gas incoloro e inodoro que es soluble en agua y a menudo visto en forma de burbujas en las bebidas gaseosas. Pero también es un gas de efecto invernadero, un subproducto que se libera cuando quemamos materiales que contienen carbono, así como un gas formado en los procesos respiratorios y metabólicos de los organismos vivos, que también pueden considerarse reacciones de combustión lenta.